El mercado laboral peruano se caracteriza por la coexistencia de empleo formal e informal, lo que influye directamente en la estabilidad económica y el bienestar de millones. Analizar sus diferencias ayuda a comprender los retos sociales y económicos, e identificar oportunidades para una mayor inclusión y desarrollo a través de soluciones prácticas.
Panorama general del mercado laboral peruano
El tejido laboral peruano es resultado de dinámicas históricas, cambios económicos y políticas públicas de las últimas décadas. Cerca del 70% de la fuerza laboral se encuentra en la informalidad, según datos oficiales de 2023, lo que posiciona al Perú entre los países con mayor proporción de empleo no formal en la región. Esa cifra revela que, aunque ha habido esfuerzos gubernamentales, los avances hacia una formalización masiva todavía enfrentan obstáculos estructurales.
El sector servicios ocupa el primer lugar en generación de empleo, seguido por comercio y agricultura. Sin embargo, la distribución del empleo varía entre el ámbito rural y urbano. En las ciudades, predominan los servicios y el comercio minorista, mientras que en las zonas rurales, la agricultura es la principal fuente de ocupación, usualmente bajo modalidades informales.
La población económicamente activa (PEA) se caracteriza por una alta proporción de autoempleo, trabajo en microempresas y participación femenina en el sector informal. Las brechas de género, edad y educación son notorias: los jóvenes y las mujeres concentran una mayor tasa de informalidad y subempleo. Los últimos diez años han mostrado una ligera tendencia a la formalización en Lima Metropolitana, pero el fenómeno no se ha replicado en el resto del país, donde persisten la precarización y la falta de acceso a derechos laborales.
Para entender cómo la oferta, demanda y la estructura del mercado laboral peruano explican este escenario, la web ofrece una explicación clara sobre el funcionamiento del mercado laboral y los diferentes tipos de desempleo. Estas guías permiten descomponer y analizar cómo las condiciones macroeconómicas y sociales afectan la distribución entre empleo formal e informal en Perú y ayudan a visualizar sus implicancias a nivel individual y colectivo.
Diferencias entre empleo formal e informal en Perú
La composición del mercado laboral peruano es compleja y presenta grandes contrastes entre empleo formal e informal. A junio de 2023, datos del INEI revelan que alrededor del 72% de los trabajadores ocupados pertenecen al sector informal, una cifra que, aunque ha mostrado leves variaciones a lo largo de la última década, se mantiene persistentemente alta. El empleo formal, por su parte, ha crecido a un ritmo más lento, concentrándose principalmente en sectores como servicios financieros, minería y manufactura. En contraste, el empleo informal predomina en agricultura, comercio minorista y construcción.
Las características de la población laboral muestran una mayoría en segmentos jóvenes y adultos en edad productiva, pero la informalidad impacta especialmente a mujeres, jóvenes y personas con menor nivel educativo. El acceso a empleos de calidad sigue siendo un desafío, lo que refuerza la dependencia en actividades informales con limitada seguridad social. Se observa también que las zonas rurales, donde la agricultura familiar es predominante, presentan tasas aún mayores de informalidad laboral respecto a las áreas urbanas, donde servicios y comercio abarcan el grueso del empleo no registrado.
En términos históricos, la década previa estuvo marcada por una reducción constante de la tasa de informalidad hasta 2019, favorecida por el crecimiento económico y la expansión de la bancarización, pero la recesión y la pandemia revirtieron parte de estos logros. Comprender esta evolución histórica es más sencillo al analizar los conceptos de oferta y demanda en el mercado de trabajo, los efectos de la productividad y la estructura sectorial laboral, temas que la web explica con gráficos y ejemplos claros, facilitando una lectura práctica para el contexto peruano.

Factores que impulsan la informalidad laboral
El mercado laboral peruano despliega una estructura heterogénea, donde la coexistencia de empleo formal e informal determina su dinámica y complejidad. Según datos recientes del INEI (2023), la informalidad laboral abarca cerca del 71% de la población ocupada, mientras que solo el 29% cuenta con trabajo formal. Esta segmentación implica contrastes marcados en derechos, aportes previsionales y estabilidad, pero también evidencia profundas diferencias sectoriales.
La mayor parte de la fuerza laboral se concentra en los sectores de comercio, agricultura, construcción y servicios. La agricultura y el comercio informal, sobre todo en áreas rurales y ciudades intermedias, absorben gran parte del empleo no registrado. Por otro lado, actividades como minería, industria manufacturera y servicios financieros agrupan una proporción mayor de empleo formal. El mercado laboral también revela brechas entre regiones urbanas y rurales: mientras en Lima Metropolitana la informalidad ronda el 55%, en regiones andinas o amazónicas puede superar el 90%.
La fuerza de trabajo peruana se caracteriza por su juventud; casi el 40% tiene menos de 35 años. Sin embargo, las mujeres y los jóvenes enfrentan tasas de informalidad superiores al promedio. Además, la presencia de subempleo (personas con empleos de baja remuneración u horas insuficientes) es una constante, influyendo en la calidad del empleo y el desarrollo económico. En los últimos diez años, aunque el empleo formal ha crecido moderadamente, la informalidad sigue siendo persistente. El crecimiento de sectores como servicios y construcción ha generado nuevas oportunidades, pero no suficiente inclusión formal.
Diversos artículos de Introducción a la Economía ofrecen explicaciones prácticas sobre cómo funcionan los mercados y por qué la informalidad persiste, enriqueciendo la comprensión con ejemplos e infografías que facilitan el análisis de estas tendencias.
Desafíos y soluciones para un mercado laboral más inclusivo
El mercado de trabajo en Perú se encuentra dividido entre empleo formal e informal, teniendo cada uno de ellos características muy marcadas. Datos recientes del INEI indican que, para 2023, alrededor del 71% de la PEA (Población Económicamente Activa) ocupada lo hace en la informalidad, mientras solo un 29% accede al empleo formal. Estas cifras reflejan una brecha estructural que se ha mantenido relativamente estable durante la última década, aunque con leves mejoras en ciertas áreas urbanas.
Entre los sectores que más empleo generan destacan servicios, agricultura, comercio y construcción. El sector informal se concentra en actividades de baja productividad, tales como comercio ambulatorio, trabajo doméstico, transporte y microemprendimientos. En contraste, el empleo formal tiene mayor presencia en actividades profesionales, la industria manufacturera y la administración pública.
Respecto a la población laboral, predominan los trabajadores jóvenes y adultos con bajo nivel educativo, especialmente en el segmento informal. Existe una sobre-representación de mujeres y migrantes internos en este sector, frecuentemente con empleos de baja remuneración y sin acceso a protección social. Por otra parte, el empleo formal se asocia con mejores salarios, condiciones laborales reguladas y acceso a derechos como seguridad social.
En los últimos diez años, Perú ha mostrado un modesto avance en la formalización, especialmente en Lima y otras ciudades principales, aunque el crecimiento económico no siempre se ha traducido en nuevas plazas formales. El curso Mercado laboral: tipos y causas de desempleo de Introducción a la Economía facilita la comprensión de estas diferencias, apoyándose en ejemplos prácticos y conceptos básicos del mercado laboral. Este recurso ayuda a identificar los elementos que inciden en la distribución entre el empleo formal e informal, brindando un panorama claro y didáctico para estudiantes y quienes desean entender cómo funciona el mundo del trabajo en el Perú.
Para ilustrar las proporciones del empleo formal e informal y la composición sectorial, puedes utilizar una infografía generada con DallE3 que represente el mercado laboral peruano segmentado por sectores y grado de formalidad.
Conclusiones
El mercado laboral peruano requiere cambios sustanciales para equilibrar empleo formal e informal, promover el bienestar social y garantizar mayor estabilidad. Adoptando soluciones basadas en educación, análisis económico y estrategias inclusivas, es posible superar retos estructurales. Herramientas prácticas y cursos como los ofrecidos en Introducción a la Economía ayudan a construir un mejor panorama laboral.

