La Curva de Phillips ilustra una relación clave dentro de la macroeconomía: cómo la inflación y el desempleo interactúan y se afectan entre sí. Entender esta conexión permite comprender mejor las decisiones de política económica y las consecuencias para el bienestar social. Exploraremos su origen, evolución, críticas y relevancia actual para quienes desean profundizar en la economía.
Origen y Fundamentos de la Curva de Phillips
El análisis de la relación entre inflación y desempleo cobró importancia a partir del estudio realizado por el economista neozelandés Alban William Phillips en 1958. Phillips, entonces radicado en el Reino Unido, revisó datos de casi un siglo (1861-1957) sobre salarios y desempleo británicos. Su descubrimiento fue sorprendente: identificó un patrón consistente de relación inversa entre la tasa de desempleo y el crecimiento de los salarios nominales. Cuando el desempleo era bajo, los salarios tendían a subir rápidamente. En cambio, cuando el desempleo aumentaba, el crecimiento salarial se frenaba e incluso descendía.
Lo novedoso del trabajo de Phillips no fue solo su hallazgo empírico, sino la forma clara en que lo presentó, permitiendo que otros economistas lo graficaran y lo usaran para entender fenómenos macroeconómicos complejos. En pocos años, la “Curva de Phillips” se redefinió, pasando de relacionar desempleo y crecimiento salarial, a desempleo e inflación. Ejemplos históricos, como la Gran Depresión y la recuperación del Reino Unido en la posguerra, ilustraron por qué la conexión era tan relevante: los gobiernos buscaban el difícil equilibrio entre promover el empleo y mantener la estabilidad de precios, tarea central en la gestión de la economía.
El hallazgo modificó el enfoque de la política macroeconómica. Por ejemplo, si un país deseaba reducir el desempleo, debía aceptar una mayor inflación, y viceversa. Esta aparente disyuntiva sirvió de base para modelos de análisis y discusión académica por décadas.
La explicación de conceptos como desempleo y la relación con la inflación, presentada de forma didáctica en recursos como “Introducción a la Economía”, facilita la comprensión de la curva de Phillips, acercando este importante marco teórico al público general y estudiantes.
Infografía sugerida con DallE3: “Gráfica simple de la curva de Phillips mostrando el eje de desempleo (horizontal) y el eje de inflación (vertical), con una curva decreciente y etiquetas en los ejes”.
Evolución y Aplicaciones en la Política Económica
El vínculo entre la inflación y el desempleo, representado por la Curva de Phillips, se consolidó a finales de la década de 1950 y se transformó en una referencia central para la política económica. Una vez entendido su origen, es relevante explorar cómo esta relación se conceptualizó y utilizó en la práctica económica global. Al observar los datos de Reino Unido entre 1861 y 1957, Phillips identificó una correlación negativa entre la tasa de desempleo y la variación de los salarios nominales, lo que serviría de base para numerosos análisis empíricos posteriores en otras economías avanzadas.
Durante los años sesenta, la Curva de Phillips fue rápidamente adoptada como herramienta para el análisis y diseño de políticas: gobiernos y bancos centrales interpretaron que podían elegir entre menor desempleo y mayor inflación, o viceversa. Por ejemplo, en Estados Unidos durante la presidencia de Kennedy y Johnson, se utilizó la lógica de Phillips como justificación para políticas expansivas orientadas a reducir el desempleo, aun a costa de aceptar una inflación algo mayor. El éxito inicial reforzó la confianza en la capacidad de los responsables de la política monetaria y fiscal para influir en las variables macroeconómicas, lo que derivó en debates sobre el equilibrio ideal entre inflación y desempleo en distintas coyunturas.
La aplicabilidad práctica de la Curva de Phillips la convirtió en un modelo básico en la enseñanza económica, permitiendo a estudiantes y analistas visualizar un dilema fundamental de la macroeconomía. De hecho, recursos pedagógicos como los publicados en Los efectos de la inflación en la economía acercan estos conceptos con ejemplos claros, permitiendo entender los posibles impactos sociales y económicos de optar por una política inflacionaria o priorizar el control del desempleo.
Estas primeras aplicaciones y la claridad gráfica de la Curva de Phillips sentaron las bases para su análisis posterior y las futuras críticas, que introducirían elementos como las expectativas y la estanflación, enriqueciendo este debate clave para la economía.
Críticas y Nuevas Visiones sobre la Curva de Phillips
El surgimiento de la Curva de Phillips marcó un antes y un después en la economía moderna. El responsable fue Alban William Phillips, un economista neozelandés radicado en el Reino Unido, que en 1958 analizó datos sobre salarios y desempleo británicos desde finales del siglo XIX. Phillips observó un patrón repetido: cuando el desempleo bajaba, los salarios crecían a mayor ritmo, y viceversa. Pero su mayor aporte fue graficar esta relación, mostrando una curva descendente que vinculaba la tasa de desempleo con la tasa de incremento de salarios monetarios.
La relación hallada por Phillips no solo implicaba que existía un coste (más inflación salarial) si se buscaba reducir el desempleo, sino que ofrecía una herramienta para la toma de decisiones macroeconómicas. Por ejemplo, durante la posguerra, el Reino Unido sufría presiones inflacionarias al intentar alcanzar el pleno empleo. En otras épocas, como durante las crisis del petróleo en la década de 1970, la curva fue puesta a prueba cuando se observó simultáneamente alta inflación y alto desempleo.
Este hallazgo despertó gran interés al ofrecer una explicación cuantitativa y visual a una disyuntiva histórica para los responsables de política económica: ¿debe priorizarse el control de la inflación o la reducción del desempleo? Además, la Curva de Phillips se transformó rápidamente en una herramienta indispensable para la modelización macroeconómica, permitiendo predecir, por ejemplo, el impacto de políticas monetarias expansivas o contractivas en el empleo y los precios.
*La Curva de Phillips es un excelente ejemplo de cómo conceptos económicos aparentemente complejos pueden vincularse con problemáticas cotidianas, especialmente cuando se abordan desde una perspectiva didáctica como la que ofrece Introducción a la Economía. Estudiar sus fundamentos ayuda a los estudiantes a comprender mejor las tensiones inherentes a la gestión de la economía nacional y global.*
Relevancia Actual y Herramientas para el Aprendizaje
Alban William Phillips fue un economista neozelandés cuyo trabajo marcó un antes y un después en la macroeconomía. En 1958, Phillips publicó un estudio sobre la economía del Reino Unido entre 1861 y 1957, donde identificó un patrón intrigante: cuando el desempleo bajaba, la inflación tendía a subir, y viceversa. Su análisis se basó en estadísticas históricas de salarios y desempleo británicos, mostrando por primera vez una relación empírica inversa entre ambas variables.
El hallazgo de Phillips cobró rápidamente relevancia internacional. Por ejemplo, durante la posguerra, el Reino Unido y otros países enfrentaron tensiones en el mercado laboral: políticas que lograban reducir el desempleo, como el gasto público expansivo, solían acompañarse de aumentos en los precios. La representación gráfica de esta relación —la famosa Curva de Phillips— ayudó a visualizar la disyuntiva entre fomentar el empleo y controlar la inflación.
En la década de 1960, muchos responsables de política económica pusieron en práctica esta herramienta, creyendo que era posible escoger entre mayor inflación y menor desempleo, o viceversa. En Estados Unidos, el presidente John F. Kennedy y luego Lyndon B. Johnson implementaron políticas fiscales y monetarias inspiradas en la interpretación original de la Curva de Phillips.
Este descubrimiento fue fundamental porque proveyó a los economistas de una forma intuitiva de pensar sobre los dilemas de la política económica, especialmente en contextos de crecimiento o recesión. Su valor práctico reside en que permite analizar los efectos de la política monetaria sobre la economía real, ayudando a anticipar los posibles costos de combatir el desempleo o la inflación.
Las bases de la Curva de Phillips se han incorporado a programas de Introducción a la Economía, mostrando de manera sencilla cómo los modelos y datos históricos pueden iluminar problemas actuales y orientar las decisiones de política económica.
Conclusiones
La Curva de Phillips sigue siendo una herramienta clave para comprender la interacción entre inflación y desempleo. Aunque ha evolucionado y recibido críticas, su estudio ofrece valiosas perspectivas sobre la economía global. Profundizar en su análisis con recursos claros y accesibles permite tomar decisiones informadas e interpretar mejor los fenómenos económicos actuales.

