La Curva de Phillips describe la relación inversa entre la inflación y el desempleo, un pilar fundamental en el análisis económico. Explorar su origen, evolución y relevancia permite comprender cómo afecta las políticas económicas y el bienestar social, ayudando a estudiantes y entusiastas a profundizar en un tema central de la economía actual.

Orígenes y fundamentos históricos

En la década de 1950, el economista neozelandés A.W. Phillips revolucionó el análisis macroeconómico al explorar detenidamente los registros históricos del Reino Unido. Phillips estudió datos del período entre 1861 y 1957, centrándose en cómo los salarios nominales y la tasa de desempleo se relacionaban a lo largo del tiempo. Detectó que, en años donde el desempleo era bajo, los salarios tendían a incrementarse rápidamente, mientras que en épocas de alto desempleo el crecimiento salarial se frenaba. Este patrón se reflejó con claridad en la economía británica de la posguerra, así como en la inestabilidad de entreguerras, en que los niveles de empleo y la inflación salarial fluctuaban sensiblemente.

La relación inversa identificada por Phillips no surgió de un marco teórico abstracto, sino del análisis riguroso de registros empíricos. Este hallazgo rompía con nociones previas que sugerían que precios y desempleo se movían de forma independiente. Philips fue un pionero en proponer que la inflación y el desempleo podían estar conectados mediante una relación cuantificable, lo que atrajo el interés de políticos y expertos que buscaban mitigar los efectos de crisis sociales y ciclos económicos. Por ejemplo, cuando la reconstrucción británica tras la Segunda Guerra Mundial impulsó la producción industrial y redujo el desempleo, también se observaron tensiones salariales y presiones inflacionarias, ilustrando el fenómeno descrito.

La introducción de la Curva de Phillips influyó enormemente en la política económica a finales de los años cincuenta y sesenta. Gobiernos comenzaron a debatir estrategias para “elegir” combinaciones de inflación y desempleo, poniendo de relieve los dilemas centrales en la toma de decisiones macroeconómicas. Temas como el funcionamiento del mercado laboral y el desempleo también se explican de manera sencilla en los materiales didácticos, siguiendo el formato de la Introducción a la Economía, lo que facilita la comprensión para quienes recién se acercan a estas ideas.

Funcionamiento y teoría de la Curva de Phillips

A.W. Phillips arrancó su análisis en una época marcada por inestabilidad económica y profundas transformaciones laborales en Reino Unido. Su investigación, publicada en 1958, no surgió de la nada: Phillips rastreó datos de casi un siglo, desde 1861 hasta 1957, observando cuidadosamente cómo cambiaban los salarios nominales en respuesta a la presión del mercado laboral. Este enfoque destacó la importancia de los mercados laborales rígidos y los desafíos de la industrialización, donde el desempleo elevado solía ir acompañado de salarios estancados o incluso decrecientes.

La hipótesis de Phillips surgió de notar que, cuando el desempleo caía, los salarios tendían a subir, pues la mano de obra se volvía más escasa y los trabajadores ganaban poder de negociación. Al contrario, tasas elevadas de desempleo restaban presión a los salarios. Este análisis inicial se centró en la inflación salarial, un concepto que luego se asoció directamente con la inflación general de precios al trasladar los incrementos de costos laborales a los productos.

El hallazgo fue revolucionario. Por primera vez, los economistas disponían de un marco empírico que sugería un trade-off entre políticas contra la inflación y el desempleo: reducir el desempleo podía implicar aceptar un mayor aumento de salarios y precios. Esta relación fue una herramienta práctica, influenciando políticas macroeconómicas británicas y, pronto, de otros países occidentales. Por ejemplo, durante los años sesenta, muchos gobiernos intentaron “elegir” niveles de inflación y desempleo aceptables combinando estímulos fiscales y monetarios.

Estos aportes se han explicado, en versiones simplificadas, en recursos como cómo se mide y analiza el desempleo, haciendo accesible un descubrimiento usado en las principales discusiones de política económica incluso hasta nuestros días. Para ilustrar este fenómeno histórico, te sugerimos revisar la infografía generada con DallE3 sobre salarios y desempleo en la Inglaterra de principios del siglo XX.

Limitaciones y evolución de la curva

El desarrollo de la Curva de Phillips tiene sus raíces en la posguerra británica. A.W. Phillips, ingeniero neozelandés y luego economista en la London School of Economics, se inspiró en un contexto económico marcado por la volatilidad tras la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión. El desempleo elevado y la inestabilidad de precios preocupaban profundamente a los responsables políticos británicos, quienes buscaban herramientas para equilibrar el crecimiento y la estabilidad de la economía.

Phillips examinó datos del Reino Unido desde 1861 hasta 1957, observando con detalle la relación entre la tasa de desempleo y la variación de los salarios nominales. Identificó que cuando el desempleo era bajo, los salarios tendían a subir con rapidez, mientras que el desempleo alto presionaba a la baja el ritmo de crecimiento salarial. Este hallazgo no surgió de una hipótesis previa sino del análisis empírico de décadas de fluctuaciones económicas, en una época donde la economía era mucho menos predecible y existían serias dudas sobre cómo manejar los ciclos. Sus tablas y gráficos evidenciaban que políticas orientadas a reducir el desempleo podían traer consigo mayor inflación salarial.

La importancia de esta observación radicó en ofrecer a los economistas y gobiernos una herramienta cuantitativa para prever los posibles efectos de sus políticas monetarias y fiscales. Por ejemplo, en la década de 1960, gobiernos utilizaron la Curva de Phillips como argumento central para aplicar políticas expansivas: aceptar un poco más de inflación a cambio de menos desempleo.

El enfoque histórico de Phillips también se relaciona con el análisis de otros indicadores fundamentales, como se expone en los efectos de la inflación en la economía, donde se explica de manera sencilla cómo estos fenómenos influyen en el bienestar social. Esta perspectiva facilita que conceptos tan abstractos como la relación entre inflación y desempleo sean comprensibles para quienes se inician en temas de economía, como demostramos en Introducción a la Economía.

Implicaciones actuales y toma de decisiones económicas

Durante la posguerra en el Reino Unido, la economía enfrentaba profundos cambios estructurales y un mercado laboral sensible a cada fluctuación cíclica. Fue en este entorno, a finales de la década de 1950, donde Alban William Phillips –un economista neozelandés radicado en Londres– comenzó a analizar en detalle registros anuales de salario y desempleo que abarcaban casi un siglo. No era casual: la industrialización, las crisis del período de entreguerras y la reconstrucción posterior a 1945 habían moldeado un país en constante ajuste entre la necesidad de pleno empleo y la estabilidad de precios.

Mediante el estudio de cifras desde 1861 hasta 1957, Phillips notó una pauta clara: cuando el desempleo era bajo, el crecimiento de los salarios nominales se aceleraba; cuando el desempleo era alto, los salarios apenas aumentaban o incluso retrocedían. Este fenómeno no se explicaba solamente por las leyes clásicas de oferta y demanda, sino que escondía dinámicas de negociación colectiva, poder sindical y presiones inflacionarias de origen interno. El análisis de Phillips representó una ruptura con la visión tradicional ortodoxa que suponía que los precios y salarios se ajustaban automáticamente para garantizar el empleo.

*El impacto de este hallazgo fue inmediato.* Ofrecía a los economistas y a quienes diseñan políticas públicas un marco visual –la famosa curva– para comprender y gestionar el delicado equilibrio entre el control de la inflación y la promoción del empleo. De hecho, gobiernos británicos y posteriormente otros países occidentales usaron la Curva de Phillips como guía de política monetaria y fiscal, convencidos de que existía una disyuntiva estabilizadora.

En cursos introductorios, como los presentados en cálculo de la tasa de desempleo, se recurre frecuentemente a la representación gráfica de la Curva de Phillips, simplificando su comprensión y acercando al estudiante a debates económicos históricos y actuales.

Conclusiones

La Curva de Phillips sigue siendo una herramienta esencial para entender los vínculos entre inflación y desempleo. Reconocer sus limitaciones y evolución mejora la toma de decisiones de estudiantes, profesionales y curiosos. Aprovecha recursos especializados y cursos online para expandir tus conocimientos y aplicar estos principios a la realidad económica actual.

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