La Curva de Phillips describe la relación inversa y dinámica entre la inflación y el desempleo. Analizarla permite entender decisiones clave en política económica. Estudiar este concepto con un enfoque práctico y didáctico contribuye a una mejor comprensión del impacto directo de la economía en la vida cotidiana.
Origen y fundamentos de la Curva de Phillips
El análisis que realizó A. W. Phillips en 1958 transformó la manera en que muchos países entendían la relación entre el mercado laboral y los precios. Phillips, economista neozelandés radicado en el Reino Unido, investigó más de 90 años de datos británicos para explorar la conexión entre el desempleo y el crecimiento de los salarios nominales. Descubrió que, históricamente, cuando el desempleo era bajo, los salarios tendían a aumentar rápidamente, mientras que cuando el desempleo era alto, el crecimiento salarial resultaba mucho más moderado o incluso negativo.
Para Phillips, este vínculo se debía esencialmente a la presión existente en el mercado laboral. Si menos personas buscaban empleo, las empresas debían ofrecer mejores salarios para atraer y retener trabajadores. Estos incrementos salariales, a su vez, representaban mayores costos para las empresas, quienes los transferían al precio de los productos, alimentando así la inflación. Con este razonamiento, Phillips propuso una curva que representaba empíricamente la relación inversa entre el desempleo y el crecimiento salarial.
Con el tiempo, numerosos economistas, especialmente en las décadas de 1960 y 1970, adaptaron la Curva de Phillips para analizar la relación entre inflación en vez de solo el salario nominal y el desempleo. Se convirtió en herramienta clave para comprender la dinámica entre actividad económica y política monetaria. Gobiernos y bancos centrales llegaron a verla como una especie de menú de opciones: parecía ser posible elegir entre un poco más de inflación a cambio de menor desempleo, o viceversa. Esto influyó directamente en el diseño de políticas públicas, marcando una época en la que las intervenciones activas en la economía buscaron manipular la inflación y el desempleo según las necesidades del momento.
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La relación entre inflación y desempleo
Pocos análisis han tenido tanto impacto en la política macroeconómica como el presentado en 1958 por A. W. Phillips. Para entender por qué la Curva de Phillips transformó el debate económico de la posguerra, es necesario ubicarse en el contexto británico de mediados del siglo XX. Phillips, ingeniero y economista de origen neozelandés, estudió datos históricos del Reino Unido entre 1861 y 1957. En lugar de observar la inflación general, su investigación inicial relacionó la tasa de desempleo con la variación de los salarios nominales.
¿Cuál fue el hallazgo clave? A partir de esos registros estadísticos, Phillips detectó una regularidad: cuando el desempleo era bajo, los salarios tendían a aumentar más rápido; en cambio, cuando el desempleo era alto, el crecimiento salarial se ralentizaba o incluso disminuía. Esta relación inversa sugería para los hacedores de política un posible “menú” de elección: aceptar algo de inflación salarial a cambio de menos desempleo, o soportar más desempleo para contener la escalada de precios.
Esta revelación atrajo la atención de economistas y gobiernos porque, por primera vez, ofrecía un marco empírico para pensar la política monetaria y fiscal. La Curva de Phillips ayudó a visualizar cómo intervenciones estatales podían mover la economía a lo largo de ese “trade-off” entre inflación y desempleo. Los formuladores de política pública vieron en ella una herramienta para decidir objetivos de corto plazo, especialmente ante el reto del pleno empleo, central en la Europa de la reconstrucción.
La influencia de esta curva fue inmediata: se incorporó como base de modelos macroeconómicos, y la discusión se desplazó de si el Estado debe intervenir, a cómo hacerlo gestionando estos equilibrios. Para quienes desean profundizar sobre los efectos de la inflación en la economía, se recomienda consultar este caso práctico que muestra cómo las variaciones de precios impactan diferentes sectores.
En el siguiente capítulo se analizarán las principales críticas que recibió la Curva de Phillips, sobre todo a raíz de fenómenos que pusieron en jaque su supuesta universalidad.
Críticas y limitaciones de la Curva de Phillips
El análisis que dio origen a la Curva de Phillips se remonta a la observación de datos históricos del Reino Unido en el siglo XX. Fue el economista neozelandés Alban William Phillips quien, en 1958, compiló más de siete décadas de estadísticas sobre salarios nominales y tasas de desempleo británicas. Su interés surgió de notar cómo los salarios tendían a aumentar rápidamente en épocas de bajo desempleo y lo contrario sucedía cuando el número de desempleados era alto.
A partir de estos datos, Phillips estableció una relación cuantitativa: cuando la desocupación disminuía, los salarios crecían con mayor rapidez. Dicho crecimiento salarial se trasladaba, posteriormente, a un aumento de los precios, haciendo que la inflación subiera. Así, Phillips propuso una relación inversa entre desempleo e inflación (originalmente usando salarios en vez de precios), mostrando las tensiones que se producían en el mercado laboral y cómo ellas impactaban en la economía en general.
El hallazgo fue relevante porque sugería que los responsables de las políticas económicas podrían elegir entre combatir la inflación o reducir el desempleo, pero no ambas simultáneamente. Esto ofrecía, por primera vez, un marco gráfico y conceptual para entender dilemas de política económica —lo que transformó la Curva de Phillips en una herramienta central para gobiernos y bancos centrales todo el mundo. Su importancia inicial se reflejó en la manera en que influyó durante décadas la toma de decisiones de política fiscal y monetaria alrededor del planeta.
Este desarrollo marcó el inicio de una nueva era en el análisis macroeconómico, cambiando el enfoque del debate sobre los conflictos de objetivos entre inflación y desempleo. Para quienes deseen profundizar sobre el contexto laboral y los factores que determinan el salario, conviene revisar explicaciones prácticas como la de cómo se determina el salario de un trabajador, que ayuda a entender elementos fundamentales del mercado laboral que influyeron en los hallazgos de Phillips.

Aplicaciones prácticas y aprendizaje continuo
El análisis de la relación entre desempleo e inflación comenzó a tomar forma a partir del trabajo del economista neozelandés Alban William Phillips en 1958. Interesado por entender cómo los salarios y el desempleo interactuaban, Phillips estudió datos del Reino Unido entre 1861 y 1957. Descubrió un patrón consistente: cuando la tasa de desempleo era baja, los salarios tendían a aumentar con mayor rapidez, mientras que un alto desempleo estaba vinculado a incrementos salariales más moderados o incluso a caídas en los salarios nominales.
El razonamiento de Phillips se basaba en la dinámica de oferta y demanda en el mercado laboral. Si pocas personas buscaban trabajo, los empleadores debían ofrecer mejores salarios para atraer o mantener trabajadores, y viceversa. Este enfoque sencillo ayudó a vincular directamente el mercado laboral con el comportamiento de los precios en la economía. Con el tiempo, se amplió la observación al comparar no solo salarios, sino inflación general de los precios con las tasas de desempleo, naciendo así la clásica representación de la Curva de Phillips.
La gran relevancia que alcanzó esta idea en la política económica de mediados del siglo XX se debió al contexto histórico. Tras la Segunda Guerra Mundial, los gobiernos buscaban fórmulas para sostener el crecimiento económico, evitar el desempleo masivo y mantener la estabilidad de precios. La Curva de Phillips ofrecía una aparente “fórmula” que permitía a las autoridades elegir entre poca inflación con alto desempleo o más inflación con menos desempleo, creando la ilusión de que se podía “manejar” la economía con herramientas de política monetaria o fiscal.
Este aparente control sobre los ciclos económicos atrajo la mirada de economistas y políticos, quienes vieron en este modelo una guía útil para diseñar políticas. El estudio original de Phillips y su impacto muestran la constante búsqueda de explicaciones sencillas para fenómenos complejos del mercado laboral, de las que puedes aprender más en cómo funciona el desempleo en la economía.
Conclusiones
La Curva de Phillips ofrece una mirada valiosa sobre los dilemas que enfrentan las políticas económicas al equilibrar inflación y desempleo. Aunque presenta limitaciones, sigue proporcionando herramientas útiles para comprender la realidad macroeconómica. Profundizar en estos conceptos, a través de recursos didácticos, permite una mejor toma de decisiones y conocimiento de su impacto diario.

