Comprender si existe una relación entre inflación y desempleo en México ayuda a analizar decisiones de política económica y su impacto en la vida cotidiana. La Curva de Phillips representa uno de los debates fundamentales de la Economía, revelando cómo los fenómenos macroeconómicos inciden directamente en el bienestar social.
Origen y concepto de la Curva de Phillips
Mucho antes de que la economía mexicana se adentrara en los debates sobre inflación y desempleo, el análisis de la relación entre estos dos fenómenos se forjó en economías industrializadas. Este nexo fue descrito inicialmente por A.W. Phillips en 1958, quien al estudiar datos históricos del Reino Unido observó que, en general, existía una relación inversa entre la tasa de desempleo y la tasa de incremento salarial. Posteriormente, economistas como Samuelson y Solow reinterpretaron este hallazgo y formularon la relación directa entre inflación y desempleo para Estados Unidos, ampliando el concepto y dándole proyección internacional.
La Curva de Phillips, entonces, muestra gráficamente que cuando el desempleo es bajo, la inflación tiende a aumentar, mientras que desempleo alto suele asociarse con presiones inflacionarias menores. Esto se interpretó como un trade-off, es decir, un dilema entre reducir la inflación o disminuir el desempleo. Desde la década de los años 60 y hasta los 70, esta interpretación resultó influyente en las políticas macroeconómicas de los países desarrollados, permitiendo que los gobiernos ajustaran instrumentos económicos según sus prioridades de estabilidad de precios o crecimiento del empleo.
El contexto global en el siglo XX transformó radicalmente con fenómenos como la “estanflación”, que desmintió parte de las predicciones iniciales de la Curva de Phillips. Sin embargo, en países de América Latina como México, la difusión de estas ideas ocurrió al calor de procesos de inflación crónica, crisis de deuda externa y reformas estructurales. Aunque las condiciones institucionales y estructurales presentan diferencias respecto al hemisferio norte, el enfoque de Phillips continúa siendo considerado al diseñar políticas fiscales y monetarias mexicanas. Se analiza, por ejemplo, la interacción entre políticas de control de inflación y programas de empleo, ajustando estrategias conforme a las particularidades del entorno económico mexicano y la alta informalidad laboral. Así, el marco teórico de la Curva de Phillips mantiene vigencia y nutre el debate sobre cómo deben priorizarse los objetivos económicos en el país.
Evidencia empírica de la Curva de Phillips en México
A medida que la economía global se transformaba en el siglo XX, los analistas buscaban comprender las fuerzas que regulaban el empleo y los precios. Así, la Curva de Phillips emergió como un paradigma en la política macroeconómica. Su premisa establece una *relación inversa* entre la tasa de inflación y el desempleo, observada inicialmente en países industrializados como Reino Unido y Estados Unidos. La interpretación de esta relación sugería que reducir el desempleo podría implicar aceptar un mayor nivel de inflación y viceversa, influencia que se plasmó en modelos y políticas alrededor del mundo.
Cuando la Curva de Phillips llegó a los círculos académicos y políticos en América Latina, se adaptó a realidades muy distintas. México, por ejemplo, atravesaba etapas de industrialización, alta migración interna y cambios en su estructura productiva. El traslado de la teoría requería considerar factores propios como la informalidad laboral y el tamaño del sector exportador. A pesar de su simplicidad, el modelo sirvió como base para debates sobre el uso de políticas activas, como ajustes del salario mínimo, expansiones del gasto público o cambios en la conducción monetaria por parte del Banco de México.
En la actualidad, la Curva de Phillips sigue siendo un referente en discusiones de política monetaria y análisis laboral. Los responsables de política económica en México consideran el dilema entre controlar la inflación y fomentar el empleo al tomar decisiones clave. Sin embargo, nuevos desafíos han puesto en entredicho la robustez de la relación Phillips en el contexto mexicano, lo cual será explorado en el siguiente apartado. Además, herramientas educativas como los cursos introductorios de economía permiten a estudiantes y profesionales comprender el alcance y las limitaciones de estos marcos teóricos en ámbitos nacionales.
Dificultades y críticas actuales en México
A finales de los años 50, el economista británico A.W. Phillips analizó datos del Reino Unido y detectó un patrón estadístico: cuando la tasa de desempleo era baja, la inflación tendía a acelerarse. Desde un enfoque empírico, este hallazgo implicaba que existía una relación inversa entre inflación y desempleo, representada gráficamente por la denominada Curva de Phillips. En términos sencillos, se planteaba que a menor desempleo, mayor presión sobre los salarios y los precios, y viceversa.
El contexto internacional de la posguerra ayudó a consolidar este paradigma. Entre 1945 y 1970, muchos países desarrollados experimentaron pleno empleo junto a alzas moderadas de precios, una coyuntura que respaldó las teorías keynesianas y fomentó el uso de la Curva de Phillips para diseñar políticas macroeconómicas. Sin embargo, con el surgimiento de fenómenos como la estanflación en los años 70 —alto desempleo junto con alta inflación— la relación perdió fuerza y surgieron nuevas interpretaciones.
En América Latina, y específicamente en México, la Curva de Phillips se incorporó gradualmente al análisis macroeconómico desde los años 70 y 80. Adaptar su lectura a economías emergentes exigió reconocer dinámicas particulares: informalidad laboral, rigidez en mercados de trabajo y choques externos incidían en estos países de manera distinta que en las naciones industriales clásicas. En este sentido, la experiencia mexicana muestra que la teoría, aunque útil, debe contextualizarse.
Hoy, este debate condiciona las decisiones del Banco de México y la política monetaria, ya que identificar correctamente la posible relación entre inflación y desempleo incide en la elección de tasas de interés y en la prioridad otorgada a la estabilidad de precios frente al crecimiento económico. Para profundizar sobre los principios subyacentes del mercado laboral y las dinámicas del desempleo en el país, puede consultarse esta guía del mercado laboral y el desempleo.
Perspectivas y conclusiones para entender la economía mexicana
Las bases de la Curva de Phillips se encuentran en la observación empírica realizada por el economista A.W. Phillips en 1958, quien estudió datos históricos del Reino Unido y detectó un patrón: cuando el desempleo era bajo, la inflación tendía a ser alta, y viceversa. Este hallazgo propició la formulación de una relación inversa entre inflación y desempleo, inicialmente válida en el corto plazo. La explicación original ligaba presiones salariales crecientes en contextos de escasez de trabajo, lo que alimentaba los precios finales de bienes y servicios.
Durante la posguerra, el mundo experimentaba reconstrucción y crecimiento acelerado. Países industrializados como Estados Unidos y Reino Unido buscaban estabilidad desde una perspectiva keynesiana, priorizando el pleno empleo, incluso a costa de cierto nivel de inflación. La Curva de Phillips se interpretó como una herramienta poderosa para guiar la política económica, permitiendo elegir entre combatir el desempleo o la inflación según las circunstancias cíclicas. Más adelante, las crisis del petróleo en los setenta mostraron los límites de esta relación, ya que elevados niveles de inflación coexistieron con mercados laborales deteriorados, fenómeno denominado “estanflación”.
En Latinoamérica, y concretamente en México, la Curva de Phillips cobró importancia al ser adaptada a economías con alta inflación estructural y volatilidad recurrente en el empleo. A través de sus universidades y organismos gubernamentales, México incorporó este marco teórico en su análisis, aunque con ajustes que reconocen el peso de factores como la dolarización parcial y la economía informal. Hasta hoy, la Curva de Phillips sigue influyendo en debates de política económica, especialmente en la definición de metas de inflación adoptadas por el Banco de México. Como apoyo para profundizar en estos conceptos, recursos como cómo impacta la inflación en la economía son de gran utilidad para estudiantes y analistas.
Conclusiones
El análisis revela que la relación entre inflación y desempleo en México es compleja y depende de múltiples factores económicos y estructurales. Comprender esta dinámica es esencial para interpretar mejor el entorno económico y tomar decisiones informadas. Profundiza en estos temas con los cursos online de Introducción a la Economía y amplía tu perspectiva.

